Melissa no fue la culpable: el desastre en SDO es responsabilidad de la alcaldía
La tormenta tropical Melissa solo confirmó lo que ya sabíamos: Santo Domingo Oeste está secuestrado por la improvisación, la ineficiencia y el abandono de su gestión municipal.
Lo sucedido tras el paso de la tormenta Melissa en Santo Domingo Oeste (SDO) no fue un desastre natural. Fue, ante todo, un desastre gerencial. Porque aunque somos un municipio vulnerable por nuestra geografía y cañadas, el abandono institucional y la ausencia de planificación convirtieron la lluvia en tragedia.
Las cañadas se desbordaron. Las calles se volvieron ríos. La basura tapó imbornales y alcantarillas. ¿Y qué hizo el alcalde Francisco Peña? Salió con cámaras a repartir dinero en efectivo, como si 500 pesos pudieran devolverle a una familia la dignidad perdida por su desidia.
La basura que inunda SDO no llegó con la tormenta. Llevamos meses denunciando su acumulación, la deficiente recogida, el colapso del drenaje pluvial y la falta total de mantenimiento preventivo. No hay excusa. No hay justificación. Aquí lo que hay es incapacidad.
Francisco Peña debe entender que su rol no es repartir dinero en medio del agua, sino evitar que el agua arrase con nuestras casas. Gobernar no es posar, es planificar. No es reaccionar, es anticiparse. Y eso es justamente lo que esta administración no ha hecho.
Mientras el municipio clama por un plan serio de manejo de residuos, limpieza de cañadas y educación ciudadana, desde la alcaldía se responde con propaganda y clientelismo. Pero las imágenes no mienten: SDO está sumido en un retroceso sin precedentes.
Lo que vimos con Melissa es una advertencia. Y la ciudadanía tiene que despertar. No podemos seguir premiando la ineficiencia con votos, ni normalizando lo inaceptable.
Porque lo que pasó en SDO no fue culpa del clima. Fue culpa de quienes gobiernan sin visión, sin sensibilidad y sin gerencia.
