Luis Abinader y los cambios: ¿Rumores que construyen o que destruyen?

Por Rayfi Luis
En cada fecha de posibles cambios en el gobierno, el país se llena de rumores. Algunos nacen de la imaginación de unos cuantos, otros tienen raíces más profundas. Lo cierto es que, en política, hasta el ruido puede mover piezas.
Hoy se menciona insistentemente a dos hombres que han demostrado resultados y compromiso: Santiago Hazim, director del SENASA, y Samuel Pereyra, administrador del Banco de Reservas. Ambos han dirigido con eficiencia, han mostrado lealtad y han aportado al proyecto político de Luis Abinader.
Entonces, la pregunta es inevitable: teniendo en su gabinete funcionarios que no funcionan, que han sido lastre y no motor, ¿por qué pensar en sacar a quienes han sido ejemplo de gerencia? ¿Por qué debilitar el propio equipo cuando lo que se necesita es reforzarlo?
No es secreto que hay nombres en el tren gubernamental que han fallado al presidente y a la nación. Esa lista la conoce el propio Abinader y sus asesores. Pero si se confirma que los cambios apuntan a figuras que han hecho un buen trabajo, el mensaje será preocupante: el barco no solo cambiaría de rumbo, sino que podría encaminarse hacia un mar de tormentas políticas innecesarias.
Te puede interesar: Ciberacoso escolar y el impacto de la inteligencia artificial
En política, la lealtad y la capacidad son tesoros que no se encuentran todos los días. Perderlos por decisiones mal aconsejadas sería, simple y llanamente, un error histórico.
Si estos rumores se materializan, no estaríamos hablando de simples movimientos administrativos, sino de un giro que podría marcar el inicio de una tormenta política que, cuando llegue a puerto, quizá sea demasiado tarde para corregir.