Cuando las máscaras caen, también debemos aprender a valorar las decisiones en su justa dimensión

Cuando las máscaras caen, también debemos aprender a valorar las decisiones en su justa dimensión

Estos últimos meses me he sentado en los bleachers a observar los comportamientos de muchos amigos y amigas del escenario político, artístico, empresarial, entre otros. He visto cómo, poco a poco, las máscaras van cayendo y, con ellas, también caen las falsas lealtades.

Existen numerosos debates abiertos en torno a los procesos internos de los partidos políticos. Sin embargo, me detendré un momento en el PRM, específicamente en el municipio Santo Domingo Oeste. ¿Conocen a la aguerrida y “talentosa” Scarlet Benzán? Se ha ganado el título de ser una mujer cercana al presidente Luis Abinader, y también el respeto y la admiración de muchos dentro del partido.

Benzán, en su momento, asumió el respaldo de un joven llamado Jasiel Díaz, hoy regidor. Según ella misma, lo apoyó de manera incondicional. Pero, ¿qué motiva realmente este humilde artículo de opinión?

Recientemente, Scarlet Benzán ofreció unas declaraciones que, a mi juicio, nacieron desde la emoción y el dolor. En ellas, calificó a Jasiel de “desleal”, simplemente porque este joven político decidió no seguir su línea de apoyo a la precandidatura de Carolina Mejía.

Y aquí es donde se pone interesante este análisis. En mi opinión, Scarlet debió guardar la forma (no hacerlo tan temprano). Ella es una figura que responde directamente al presidente Abinader. Hoy en los pasillos se murmura que quizás el mismo Abinader está enviando gente a respaldar a Carolina, aunque, siendo honesto, en mi limitada inteligencia, no creo que eso sea así. Pero ya sabemos que, en política, la percepción muchas veces mata la realidad.

Reitero: Scarlet Benzán debió mantener la compostura frente al escenario político actual.

En cuanto al joven regidor, el Ing. Jasiel Díaz, considero que está en lo correcto. La lealtad no debe medirse por sumisión, ni por una obediencia ciega. Un verdadero líder entiende que no todos sus aliados estarán de acuerdo con cada paso que dé. Solo los “jefes” esperan obediencia sin cuestionamientos. Y ese modelo ya está desgastado. Cada persona tiene derecho a decidir su camino, aunque eso signifique alejarse de quienes alguna vez le extendieron la mano.

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Concluyo con esta reflexión:

Valoren todo: cada persona, cada momento. No creamos que porque algo o alguien está en nuestra vida ahora, permanecerá allí para siempre. Lo que llega, también se puede ir. Y cada quien, con su capacidad de pensamiento y discernimiento, tomará las decisiones que considere correctas, aunque en el proceso corra el riesgo de irse por el despeñadero.

Por: Lic. Rayfi Luis
Comunicador y Mercadólogo

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