CAESCO pide una Ley de Libertad de Expresión correguladora, inclusiva y adaptada a los retos digitales

Santo Domingo, R.D., 6 de mayo de 2025 – El Centro de Análisis y Estudio de la Comunicación en República Dominicana (CAESCO) llamó a preservar un enfoque corregulador y multiactor en el anteproyecto de Ley Orgánica de Libertad de Expresión y Medios Audiovisuales, a fin de asegurar una normativa adaptada a los desafíos actuales de los entornos digitales sin comprometer derechos fundamentales.
En un informe preliminar emitido este lunes, CAESCO planteó que cualquier regulación debe garantizar la participación activa del Estado, medios de comunicación —tradicionales y digitales—, plataformas tecnológicas, periodistas y creadores de contenido, para generar legitimidad y eficiencia en la aplicación de la ley.
El centro valoró positivamente la exigencia de transparencia sobre los algoritmos que usan las plataformas digitales, particularmente en los sistemas de moderación y recomendación de contenido. Estos algoritmos, advierte, están definiendo en gran medida el ejercicio de la libertad de expresión en espacios privados, determinando qué contenido se visibiliza, se oculta o se elimina.
Asimismo, CAESCO instó a incluir de forma explícita la figura de la inteligencia artificial (IA) en el articulado de la ley, debido a su impacto creciente en la creación y manipulación de contenidos, así como en el funcionamiento de los algoritmos que estructuran el consumo informativo en línea.
“Un aspecto fundamental que se ha omitido es la alfabetización mediática y digital. No puede dejarse a la voluntad política futura. Es una herramienta clave para que la ciudadanía participe activamente en la corregulación”, afirmó Miguel Otáñez, presidente de CAESCO.
Otáñez subrayó que sin ese conocimiento, la población no podrá ejercer plenamente sus libertades ni invocar el debido proceso, elemento indispensable para asegurar un equilibrio entre derechos en los entornos digitales y tradicionales.
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También advirtió que el principal desafío de esta legislación no será su redacción, sino su aplicación efectiva, para lo cual deberán establecerse códigos de conducta, procedimientos y reglamentos claros. De lo contrario, la ley corre el riesgo de caer en una sobrerregulación que limite derechos o, en el extremo opuesto, convertirse en letra muerta por falta de implementación.
Pese a los retos, CAESCO reconoció que el anteproyecto conserva garantías esenciales, como la prohibición de la censura previa, el respeto al secreto profesional y a la cláusula de conciencia, el acceso a fuentes y la seguridad de los periodistas. Además, destaca el reconocimiento del acceso universal a internet como condición habilitante para otros derechos fundamentales en la era digital.
No obstante, el organismo advirtió que se debe evitar ambigüedades normativas que puedan desdibujar los límites entre la libertad de expresión y otros derechos, lo cual podría afectar el clima democrático.
“Debemos asumir que ninguna ley podrá ir al ritmo vertiginoso de la tecnología. Por eso es vital que el marco legal sea claro, flexible y corregulado”, concluyó Otáñez.
Informe preliminar sobre el Proyecto de Ley Libertad de Expresión