Un gobierno que negocia con todo… Menos con el Pueblo

Hoy más que nunca, la República Dominicana está siendo conducida por un gobierno que ha decidido negociar con lo innegociable: la salud, la educación y la seguridad nacional. El PRM, en su afán por sostener el poder a cualquier precio, ha mostrado una alarmante falta de escrúpulos al convertir las necesidades básicas del pueblo en oportunidades de negocio para sus allegados y operadores políticos.
Han negociado con la salud, dejando a los más vulnerables —niños, envejecientes, madres solteras— a merced de un sistema colapsado. El caso de SENASA y las denuncias de corrupción, manipulación y favoritismos es apenas la punta del iceberg. El pueblo ya no se está muriendo solo de enfermedades, sino de abandono institucional.
Han negociado con la educación. Desde que llegaron, hemos visto retrocesos escandalosos. Basta recordar que el primer ministro de educación nombrado por este gobierno, quien también fue su jefe de campaña, tuvo que ser destituido por escándalos públicos que marcaron el inicio de un deterioro profundo en el sistema educativo. El caso de la famosa “Orquídeas” no fue un simple error: fue la muestra de la improvisación y el desinterés que reina en el gabinete.
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Y lo más alarmante: el narcotráfico se ha infiltrado en el ADN del PRM. Casos recientes, vinculaciones, arrestos y señalamientos no pueden ser ignorados. El silencio cómplice de quienes deben actuar es tan escandaloso como la impunidad que protege a muchos. ¿A qué estamos jugando?
Este país va rumbo a un colapso. Y ojalá estemos equivocados, pero las señales son claras: la fragilidad institucional, el descontento social, la corrupción sin freno y la falta de rumbo económico nos están dejando en una posición muy difícil para recuperarnos como nación.
Este no es un simple mal gobierno: es un proyecto de destrucción disfrazado de “cambio”.
Aún estamos a tiempo de despertar.